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             [\textit{SAN JUAN DE LA CRUZ}]
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             {\textit{POES\'IAS}}
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\newenvironment {poesia}
  {\newpage\vspace*{.5\leading}\Versus\numerus {1}\N {0}}{\endVersus}

\begin{document}

\ExampleTitle [s]{San Juan de la Cruz}{Poes\'ias}{}

\cleardoublepage
\thispagestyle {empty} 
\pagestyle {MainMatterPage} 

\begin{poesia}
\Drama

\titulus{Cántico espiritual}
\subt   {Canciones entre el Alma y el esposo}

\Forma \strophae {1{\penalty 10000}000{\penalty 10000}0}

\Facies \personae{\textsc{#1}}
\Locus           {\centre}
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\Facies \incipit {{\RelSize{+3}{\,#1}}{#2}}


\persona {La Esposa}      

      \incipit{¿Adónde} te escondiste,                        
      Amado, y me dejaste con gemido?       
      Como el ciervo huiste,       
      habiéndome herido;       
      salí tras ti clamando, y eras ido.            
       
         Pastores, los que fuerdes 
      allá por las majadas al otero,       
      si por ventura vierdes       
      aquel que yo más quiero,       
      decilde que adolezco, peno y muero.            
          
         Buscando mis amores       
      iré por esos montes y riberas;       
      ni cogeré las flores       
      ni temeré las fieras;       
      y pasaré los fuertes y fronteras.            
          
         ¡Oh, bosques y espesuras       
      plantadas por la mano del Amado!       
      ¡Oh, prado de verduras,       
      de flores esmaltado!       
      Decid si por vosotros ha pasado.            

\persona {Respuesta de las criaturas}       
          
         Mil gracias derramando       
      pasó por estos sotos con presura,       
      y, yéndolos mirando,       
      con sola su figura       
      vestidos los dejó de hermosura.            
          
          
\persona {La esposa}       
          
         ¡Ay! ¿Quién podrá sanarme?       
      Acaba de entregarte ya de vero;       
      no quieras enviarme       
      de hoy más ya mensajero,       
      que no saben decirme lo que quiero.            
          
         Y todos cuantos vagan       
      de ti me van mil gracias refiriendo;       
      y todos más me llagan,       
      y déjame muriendo       
      un no sé qué que quedan balbuciendo.            
          
         Mas, ¿cómo perseveras,       
      ¡oh, vida!, no viviendo donde vives       
      y haciendo porque mueras       
      las flechas que recibes       
      de lo que del Amado en ti concibes?            
          
         ¿Por qué, pues has llagado       
      aqueste corazón, no le sanaste?       
      Y, pues me le has robado,       
      ¿por qué así le dejaste       
      y no tomas el robo que robaste?            
          
         Apaga mis enojos,       
      pues que ninguno basta a deshacellos;       
      Y véante mis ojos,       
      pues eres lumbre dellos       
      y solo para ti quiero tenellos.            
          
         Descubre tu presencia,       
      y máteme tu vista y hermosura;       
      mira que la dolencia       
      de amor que no se cura       
      sino con la presencia y la figura.            
          
         ¡Oh, cristalina fuente!       
      ¡Si en esos tus semblantes plateados       
      formases de repente       
      los ojos deseados       
      que tengo en mis entrañas dibujados...!            
          
         ¡Apártalos, Amado,       
      que voy de vuelo! \\
  

\persona {El esposo}
       
                                 Vuélvete, paloma,       
      que el ciervo vulnerado       
      por el otero asoma       
      al aire de tu vuelo, y fresco toma.            
          
\persona {La esposa}       
          
         Mi Amado, las montañas,       
      los valles solitarios nemorosos,       
      las ínsulas extrañas,       
      los ríos sonorosos,       
      el silbo de los aires amorosos,            
          
      la noche sosegada       
      en par de los levantes del aurora,       
      la música callada,       
      la soledad sonora,       
      la cena que recrea y enamora.            
          
         Cazadnos las raposas,       
      que está ya florecida nuestra viña,       
      en tanto que de rosas       
      hacemos una piña,       
      y no parezca nadie en la montiña.            
          
         Detente, cierzo muerto.       
      Ven, austro, que recuerdas los amores;       
      aspira por mi huerto       
      y corran tus olores,       
      y pacerá el Amado entre las flores.            
          
         ¡Oh, ninfas de Judea!       
      En tanto que en las flores y rosales       
      el ámbar perfumea,       
      morá en los arrabales,       
      y no queráis tocar nuestros umbrales.            
          
         Escóndete, Carillo,       
      y mira con tu haz a las montañas,       
      y no quieras decillo;       
      mas mira las compañas       
      de la que va por ínsulas extrañas.            
          
\persona {El esposo}       
          
         A las aves ligeras,       
      leones, ciervos, gamos saltadores,       
      montes, valles, riberas,       
      aguas, aires, ardores       
      y miedos de las noches veladores.            
          
         Por las amenas liras       
      y canto de serenas os conjuro       
      que cesen vuestras iras       
      y no toquéis al muro,       
      porque la Esposa duerma más seguro.            
          
         Entrádose ha la Esposa       
      en el ameno huerto deseado,       
      y a su sabor reposa       
      el cuello reclinado       
      sobre los dulces brazos del Amado.            
          
         Debajo del manzano:       
      allí conmigo fuiste desposada,       
      allí te di la mano       
      y fuiste reparada       
      donde tu madre fuera violada.            
  
\persona {La esposa}       
          
         Nuestro lecho florido       
      de cuevas de leones enlazado,       
      en púrpura tendido,       
      de paz edificado,       
      de mil escudos de oro coronado.            
          
         A zaga de tu huella       
      las jóvenes discurren al camino,       
      al toque de centella,       
      al adobado vino,       
      emisiones de bálsamo divino.            
          
         En la interior bodega       
      de mi Amado bebí, y cuando salía       
      por toda aquesta vega,       
      ya cosa no sabía,       
      y el ganado perdí que antes seguía.            
          
         Allí me dio su pecho,       
      allí me enseñó ciencia muy sabrosa,       
      y yo le di de hecho       
      a mí, sin dejar cosa;       
      allí le prometí de ser su Esposa.            
          
         Mi alma se ha empleado       
      y todo mi caudal en su servicio.       
      Ya no guardo ganado,       
      ni ya tengo otro oficio,       
      que ya solo en amar es mi ejercicio.            
          
         Pues ya si en el ejido       
      de hoy más no fuere vista ni hallada,       
      diréis que me he perdido,       
      que, andando enamorada,       
      me hice perdediza, y fui ganada.            
          
         De flores y esmeraldas,       
      en las frescas mañanas escogidas,       
      haremos las guirnaldas       
      en tu amor floridas       
      y en un cabello mío entretejidas.            
          
         En solo aquel cabello       
      que en mi cuello volar consideraste,       
      mirástele en mi cuello,       
      y en él preso quedaste,       
      y en uno de mis ojos te llagaste.            
          
         Cuando tú me mirabas,       
      su gracia en mí tus ojos imprimían;       
      por eso me adamabas,       
      y en eso merecían       
      los míos adorar lo que en ti vían.            
          
         No quieras despreciarme,       
      que, si color moreno en mí hallaste,       
      ya bien puedes mirarme       
      después que me miraste,       
      que gracia y hermosura en mí dejaste.            
          
\persona {El esposo}       
          
         La blanca palomica       
      al arca con el ramo se ha tornado;       
      y ya la tortolica       
      al socio deseado       
      en las riberas verdes ha hallado.            
          
         En soledad vivía,       
      y en soledad ha puesto ya su nido;       
      y en soledad la guía       
      a solas su querido       
      también en soledad de amor herido.            
          
         Gocémonos, Amado;       
      y vámonos a ver en tu hermosura       
      al monte y al collado       
      do mana el agua pura;       
      entremos más adentro en la espesura.            
          
         Y luego a las subidas       
      cavernas de la piedra nos iremos,       
      que están bien escondidas,       
      y allí nos entraremos,       
      y el mosto de granadas gustaremos.            
          
         Allí me mostrarías       
      aquello que mi alma pretendía,       
      y luego me darías       
      allí tú, vida mía,       
      aquello que me diste el otro día.            
          
         El aspirar del aire,       
      el canto de la dulce filomena,       
      el soto y su donaire,       
      en la noche serena,       
      con llama que consume y no da pena.            
          
         Que nadie lo miraba,       
      Aminadab tampoco parecía;       
      y el cerco sosegaba,       
      y la caballería       
      a vista de las aguas descendía.            


\endDrama
\end{poesia}

\begin{poesia}

\Forma \strophae {1{\penalty 10000}000{\penalty 10000}0}

\titulus{Noche oscura}
\subt {Canciones del alma que se goza de haber llegado al alto estado de la
perfección, que es la unión con Dios, por el camino de la negación
espiritual.}
 
  
       
      En una noche oscura                           
      con ansias en amores inflamada,       
      ¡oh, dichosa ventura!,       
      salí sin ser notada       
      estando ya mi casa sosegada.            
          
  
       
         A oscuras y segura,       
      por la secreta escala disfrazada,       
      ¡oh, dichosa ventura!,       
      a oscuras y encelada,       
      estando ya mi casa sosegada.            
          
  
       
         En la noche dichosa,       
      en secreto, que nadie me veía       
      ni yo miraba cosa,       
      sin otra luz y guía       
      sino la que en el corazón ardía.            
          
  
       
         Aquesta me guiaba       
      más cierto que la luz de mediodía,       
      adonde me esperaba       
      quien yo bien me sabía,       
      en parte donde nadie parecía.            
          
  
       
         ¡Oh, noche que guiaste!       
      ¡Oh, noche amable más que la alborada!       
      ¡Oh, noche que juntaste       
      Amado con amada,       
      amada en el Amado transformada!            
          
  
       
         En mi pecho florido,       
      que entero para él solo se guardaba,       
      allí quedó dormido,       
      y yo le regalaba,       
      y el ventalle de cedros aire daba.            
          
  
       
         El aire del almena       
      cuando yo sus cabellos esparcía,       
      con su mano serena       
      en mi cuello hería       
      y todos mis sentidos suspendía.            
          
  
       
         Quedeme y olvideme.       
      El rostro recliné sobre el Amado.       
      Cesó todo y dejeme       
      dejando mi cuidado       
      entre las azucenas olvidado.            



\end{poesia}

\begin{poesia}

\Forma \strophae {1{\penalty 10000}0000{\penalty 10000}0}

\titulus{Llama de amor viva}
\subt{Canciones del alma en la íntima comunicación\\de unión de amor de
Dios.}
 

      ¡Oh, llama de amor viva,                      
      que tiernamente hieres       
      de mi alma en el más profundo centro!       
      Pues ya no eres esquiva,       
      acaba ya, si quieres;            
      rompe la tela de este dulce encuentro.       
          
  
        
         ¡Oh, cauterio suave!       
      ¡Oh, regalada llama!       
      ¡Oh, mano blanda! ¡Oh, toque delicado       
      que a vida eterna sabe            
      y toda deuda paga!       
      Matando muerte en vida la has trocado.       
  
        
  
        
         ¡Oh, lámparas de fuego       
      en cuyos resplandores       
      las profundas cavernas del sentido,            
      que estaba oscuro y ciego,       
      con extraños primores       
      calor y luz dan junto a su Querido!       
  
        
  
        
         ¡Cuán manso y amoroso       
      recuerdas en mi seno,            
      donde secretamente solo moras,       
      y en tu aspirar sabroso,       
      de bien y gloria lleno,       
      cuán delicadamente me enamoras!       

\end{poesia}


\begin{poesia}


\titulus{Coplas del mismo, hechas sobre un éxtasis\\
 de harta contemplación}
 
\Forma \strophae {100{2\leading}(1{\penalty 10000}00000{\penalty 10000}0}

{\Facies \strophae {} \Facies \textus {\itshape}
     Entreme donde no supe                       
     y quedeme no sabiendo,       
     toda ciencia trascendiendo.
}


         Yo no supe dónde entraba,       
      porque, cuando allí me vi,            
      sin saber dónde me estaba,       
      grandes cosas entendí;       
      no diré lo que sentí,       
      que me quedé no sabiendo,       
{\Facies \textus {\itshape}
      toda ciencia trascendiendo.
}%          
  
                                             
       
         De paz y de piedad       
      era la ciencia perfecta,       
      en profunda soledad       
      entendida, vía recta;       
      era cosa tan secreta,            
      que me quedé balbuciendo,       
      \textit{toda ciencia trascendiendo.}          
  
                                             
       
         Estaba tan embebido,       
      tan absorto y ajenado,       
      que se quedó mi sentido            
      de todo sentir privado,       
      y el espíritu dotado       
      de un entender no entendiendo,       
      \textit{toda ciencia trascendiendo.}          
  
                                             
       
         Cuanto más alto se sube,            
      tanto menos se entendía,       
      que es la tenebrosa nube       
      que a la noche esclarecía;       
      por eso quien la sabía       
      queda siempre no sabiendo,            
      \textit{toda ciencia trascendiendo.}          
  
                                             
       
         El que allí llega de vero       
      de sí mismo desfallece;       
      cuanto sabía primero       
      mucho bajo le parece,            
      y su ciencia tanto crece       
      que se queda no sabiendo,       
      \textit{y su ciencia trascendiendo.}       
                                             
       
         Este saber no sabiendo       
      es de tan alto poder,            
      que los sabios arguyendo       
      jamás le pueden vencer,       
      que no llega su saber       
      a no entender entendiendo,       
      \textit{toda ciencia trascendiendo.}          
  
                                             
       
         Y es de tan alta excelencia       
      aqueste sumo saber,       
      que no hay facultad ni ciencia       
      que le puedan emprender;       
      quien se supiere vencer            
      con un no saber sabiendo,       
      \textit{irá siempre trascendiendo.}       
  
                                             
       
         Y, si lo queréis oír,       
      consiste esta suma ciencia       
      en un subido sentir            
      de la divinal esencia;       
      es obra de su clemencia       
      hacer quedar no entendiendo,       
      \textit{toda ciencia trascendiendo.}          
\end{poesia}


\begin{poesia}

\titulus{Coplas del alma que pena por ver a Dios}
 

\Forma \strophae {100{2\leading plus .5\leading}(1{\penalty 10000}00000{\penalty 10000}0}

{\Facies \strophae {} \Facies \textus {\itshape}

      Vivo sin vivir en mí                        
      y de tal manera espero,       
      que muero porque no muero.       
          
}       
         En mí yo no vivo ya,       
      y sin Dios vivir no puedo,            
      pues sin él y sin mí quedo,       
      este vivir ¿qué será?       
      Mil muertes se me hará,       
      pues mi misma vida espero       
      \textit{muriendo porque no muero.}            
          
  
       
         Esta vida que yo vivo       
      es privación del vivir;       
      y así, es continuo morir       
      hasta que viva contigo.       
      Oye, mi Dios, lo que digo:            
      que esta vida no la quiero,       
      \textit{que muero porque no muero.}       
          
  
       
         Estando ausente de ti,       
      ¿qué vida puedo tener,       
      sino muerte padecer            
      la mayor que nunca vi?       
      Lástima tengo de mí,       
      pues de suerte persevero       
      \textit{que muero porque no muero.}       
          
  
       
         El pez que del agua sale            
      aun de alivio no carece,       
      que en la muerte que padece       
      al fin la muerte le vale.       
      ¿Qué muerte habrá que se iguale       
      a mi vivir lastimero,            
      \textit{pues si más vivo, más muero?}       
          
  
       
         Cuando me empiezo a aliviar       
      de verte en el Sacramento,       
      háceme más sentimiento       
      el no te poder gozar;            
      todo es para más penar       
      y mi mal es tan entero       
      \textit{que muero porque no muero.}       
          
  
       
         Y si me gozo, Señor,       
      con esperanza de verte,            
      en ver que puedo perderte       
      se me dobla mi dolor;       
      viviendo en tanto pavor       
      y esperando como espero,       
      \textit{muérome porque no muero.}            
          
  
       
         ¡Sácame de aquesta muerte,       
      mi Dios, y dame la vida;       
      no me tengas impedida       
      en este lazo tan fuerte;       
      mira que peno por verte            
      y de tal manera espero       
      \textit{que muero porque no muero!}       
          
  
       
         Lloraré mi muerte ya       
      y lamentaré mi vida,       
      en tanto que detenida            
      por mis pecados está.       
      ¡Oh, mi Dios!, ¿cuándo será       
      cuando yo diga de vero:       
      \textit{vivo ya porque no muero?}       


\end{poesia}

\begin{poesia}

\titulus{Otras del mismo a lo divino}
 

\Forma \strophae {1000{1.5\leading}(1{\penalty 10000}000000{\penalty 10000}0}

{\Facies \strophae {} \Facies \textus {\itshape}

      Tras de un amoroso lance,                   
      y no de esperanza falto,       
      subí tan alto tan alto,       
      que le di a la caza alcance.       
          
}  
       
         Para que yo alcance diese            
      a aqueste lance divino,       
      tanto volar me convino       
      que de vista me perdiese;       
      y, con todo, en este trance       
      en el vuelo quedé falto;            
{\Facies \textus {\itshape}
      mas el amor fue tan alto       
      que le di a la caza alcance.       
}          
  
       
         Cuando más alto subía       
      deslumbróseme la vista,       
      y la más fuerte conquista            
      en oscuro se hacía;       
      mas, por ser de amor el lance,       
      di un ciego y oscuro salto,       
{\Facies \textus {\itshape}
      y fui tan alto tan alto       
      que le di a la caza alcance.            
}          
  
       
         Por una extraña manera       
      mil vuelos pasé de un vuelo,       
      porque esperanza del cielo       
      tanto alcanza cuanto espera;       
      esperé solo este lance            
      y en esperar no fui falto,       
{\Facies \textus {\itshape}
      pues fui tan alto tan alto       
      que le di a la caza alcance.       
}          
  
       
         Cuando más cerca llegaba       
      de este lance tan subido,            
      tanto más bajo y rendido       
      y abatido me hallaba;       
      dixe: «No habrá quien lo alcance».       
      Abatime tanto tanto       
{\Facies \textus {\itshape}
      que fui tan alto tan alto            
      que le di a la caza alcance.       
}          

\end{poesia}

\begin{poesia}


\titulus{Glosa del mismo}
 
\Forma \strophae {100{2\leading}(1{\penalty 10000}0*7{\penalty 10000}0}

{\Facies \strophae {} \Facies \textus {\itshape}

  Sin arrimo y con arrimo,                  
  sin luz y oscuras viviendo,       
  toda me voy consumiendo.       

}  
       
         Mi alma está desasida       
      de toda cosa criada,            
      y sobre sí levantada,       
      y en una sabrosa vida       
      solo en su Dios arrimada.       
      Por eso ya se dirá       
      la cosa que más estimo,            
      que mi alma se ve ya       
      \textit{sin arrimo y con arrimo.}       
          
  
       
         Y, aunque tinieblas padezco       
      en esta vida mortal,       
      no es tan crecido mi mal,            
      porque, si de luz carezco,       
      tengo vida celestial;       
      porque el amor de tal vida,       
      cuando más ciego va siendo,       
      que tiene al alma rendida            
      \textit{sin luz y a oscuras viviendo.}       
          
  
       
         Hace tal obra el amor       
      después que le conocí,       
      que si hay bien o mal en mí,       
      todo lo hace de un sabor            
      y al alma transforma en sí;       
      y así, en su llama sabrosa,       
      la cual en mí estoy sintiendo,       
      apriesa, sin quedar cosa,       
      \textit{todo me voy consumiendo.}            

\end{poesia}

\begin{poesia}

\titulus{Glosa a lo divino. Del mismo autor}
 

\Forma \strophae {1000{1.5\leading}(1{\penalty 10000}0*6{\penalty 10000}0}

{\Facies \strophae {} \Facies \textus {\itshape}

      Por toda la hermosura                       
      nunca yo me perderé,       
      sino por un no sé qué       
      que se alcanza por ventura.       
}          
  
       
         Sabor de bien, que es finito,            
      lo más que puede llegar       
      es cansar el apetito       
      y estragar el paladar;       
      y así, por toda dulzura       
{\Facies \textus {\itshape}
      nunca yo me perderé,            
      sino por un no sé qué       
      que se halla por ventura.       
}          
  
       
         El corazón generoso       
      nunca cura de parar       
      donde se puede pasar,            
      si no en más dificultoso;       
      nada le causa hartura,       
      y sube tanto su fe,       
{\Facies \strophae {} \Facies \textus {\itshape}
      que gusta de un no sé qué       
      que se halla por ventura.            
}          
  
       
         El que de amor adolece,       
      del divino ser tocado,       
      tiene el gusto tan trocado       
      que a los gustos desfallece;       
      como el que con calentura            
      fastidia el manjar que ve       
{\Facies \strophae {} \Facies \textus {\itshape}
      y apetece un no sé qué       
      que se halla por ventura.       
}          
  
       
         No os maravilléis de aquesto,       
      que el gusto se quede tal,            
      porque es la causa del mal       
      ajena de todo el resto;       
      y así, toda criatura       
      enajenada se ve,       
{\Facies \strophae {} \Facies \textus {\itshape}
      y gusta de un no sé qué            
      que se halla por ventura.       
}          
  
       
         Que estando la voluntad       
      de Divinidad tocada,       
      no puede quedar pagada       
      sino con Divinidad;            
      mas, por ser tal su hermosura       
      que solo se ve por fe,       
{\Facies \strophae {} \Facies \textus {\itshape}
      gústala en un no sé qué       
      que se halla por ventura.       
}          
  
       
         Pues de tal enamorado            
      decidme si habréis dolor,       
      pues que no tiene sabor       
      entre todo lo criado;       
      solo sin forma y figura,       
      sin hallar arrimo y pie,            
{\Facies \strophae {} \Facies \textus {\itshape}
      gustando allá un no sé qué       
      que se halla por ventura.       
}          
  
       
         No penséis que el interior,       
      que es de mucha más valía,       
      halla gozo y alegría            
      en lo que acá da sabor;       
      mas, sobre toda hermosura,       
      y lo que es y será y fue,       
{\Facies \strophae {} \Facies \textus {\itshape}
      gusta de allá un no sé qué       
      que se halla por ventura.            
}          
  
       
         Más emplea su cuidado       
      quien se quiere aventajar       
      en lo que está por ganar       
      que en lo que tiene ganado;       
      y así, para más altura,            
      yo siempre me inclinaré       
{\Facies \strophae {} \Facies \textus {\itshape}
      sobre todo a un no sé qué       
      que se halla por ventura.       
}          
  
       
         Por lo que por el sentido       
      puede acá comprehenderse            
      y todo lo que entenderse,       
      aunque sea muy subido,       
      ni por gracia y hermosura       
      yo nunca me perderé,       
{\Facies \strophae {} \Facies \textus {\itshape}
      sino por un no sé qué            
      que se halla por ventura.       
}

\end{poesia}


\begin{poesia}

\Progressio \numeri {23}

\Forma \strophae {10{.75\leading plus .5\leading}(%
                  1{\penalty 10000}0{\penalty 10000}0}
\Facies          {}
\SpatiumInfra    {0\leading plus .0625\leading minus .0625\leading\penalty -100}

\titulus{Cantar del alma que se goza\\ de conocer a Dios por fe}
 

     Que bien sé yo la fuente que mana y corre,
      \textit{aunque es de noche.}           

         Aquella Eterna fuente está escondida,           
      que bien sé yo dó tiene su manida,           
      \textit{aunque es de noche.}           
         Su origen no lo sé que pues no le tiene,           
      mas sé que todo origen della viene,           
      \textit{aunque es de noche.}           
         Sé que no puede ser cosa tan bella           
      y que cielos y tierra beben della,            
      \textit{aunque es de noche.}           
         Bien sé que suelo en ella no se halla           
      y que ninguno puede vadealla,           
      \textit{aunque es de noche.}           
         Su claridad nunca es oscurecida            
      y sé que toda luz de ella es venida,           
      \textit{aunque es de noche.}           
         Sé ser tan caudalosas sus corrientes           
      que infiernos cielos riegan y a las gentes,           
      \textit{aunque es de noche.}           
         El corriente que nace desta fuente           
      bien sé que es tan capaz y tan potente,           
      \textit{aunque es de noche.}           
         Aquesta Eterna fuente está escondida           
      en este vivo pan por darnos vida,            
      \textit{aunque es de noche.}           
         Aquí se está llamando a las criaturas           
      porque desta agua se harten aunque a oscuras,           
      \textit{porque es de noche.}           
         Aquesta viva fuente que deseo            
      en este pan de vida yo la veo,           
      \textit{aunque es de noche.}           
              

\end{poesia}


\begin{poesia}

\Progressio \numeri {4}

\Forma \strophae {1{\penalty 10000}00{\penalty 10000}0}
\Facies          {}

\titulus{Otras a lo divino de Cristo\\[.5ex] y el alma del mismo}
 
     Un pastorcico solo está penado,               
      ajeno de placer y de contento,       
      y en su pastora firme el pensamiento,       
      \textit{y el pecho del amor muy lastimado.}       
          
         No llora por haberle amor llagado,            
      que no se pena en verse así afligido,       
      aunque en el corazón está herido;       
      mas llora por pensar que está olvidado.       
          
         Que solo de pensar que está olvidado       
      de su bella pastora, con gran pena            
      se deja maltratar en tierra ajena,       
      \textit{el pecho del amor muy lastimado.}       
          
         Y dice el pastorcico: «¡Ay, desdichado       
      de aquel que de mi amor ha hecho ausencia       
      y no quiere gozar la mi presencia,            
      \textit{el pecho por su amor muy lastimado!}».       
          
         Y a cabo de un gran rato se ha encumbrado       
      sobre un árbol, do abrió sus brazos bellos,       
      y muerto se ha quedado asido dellos,       
      \textit{el pecho del amor muy lastimado.}            
      
\end{poesia}

\begin{poesia}

\Facies \subt    {\itshape #1}

\SpatiumSupra    {1.5\leading plus .5\leading minus .25\leading %
                  \penalty -100}
\SpatiumInfra    {\penalty 10000}

\Novus \titulus  \subtn
\Facies          {\RelSize{-1}\N*{=+1}}
\SpatiumInfra    {.25\leading plus .25\leading minus .125\leading\penalty 10000}

\Locus  \N      {}
\Facies         {\oldstylenums{#1}}

\Facies \strophae {\subtn}

\titulus{Romances sobre el Evangelio\\
         «In principio erat Verbum»\\
         acerca de la Santísima Trinidad}
 

\stropha
                               
      En el principio moraba       
      el Verbo, y en Dios vivía,       
      en quien su felicidad       
      infinita poseía.       
      El mismo Verbo Dios era,            
      que el principio se decía.       
      Él moraba en el principio       
      y principio no tenía.       
      Él era el mismo principio,       
      por eso dél carecía;            
      el Verbo se llama Hijo,       
      que del principio nacía.       
      Hale siempre concebido       
      y siempre le concebía;       
      dale siempre su sustancia,            
      y siempre se la tenía.       
      Y así, la gloria del Hijo       
      es la que en el Padre había,       
      y toda su gloria el Padre       
      en el Hijo poseía.            
      Como amado en el amante,       
      uno en otro residía,       
      y aquese amor que los une       
      en lo mismo convenía       
      con el uno y con el otro            
      en igualdad y valía.       
      Tres Personas y un Amado       
      entre todos tres había,       
      y un amor en todas ellas       
      y un amante los hacía,            
      y el amante es el amado       
      en que cada cual vivía,       
      que el ser que los tres poseen       
      cada cual le poseía,       
      y cada cual dellos ama            
      a la que este ser tenía.       
      Este ser es cada una       
      y este solo las unía       
      en un inefable nudo       
      que decirse no sabía,            
      por lo cual era infinito       
      el amor que los unía,       
      porque un solo amor tres tienen,       
      que su esencia se decía;       
      que el amor cuanto más uno,            
      tanto más amor hacía.       
          
  
      \subt{De la communicación de las tres Personas}
       
  
\stropha
       
      En aquel amor inmenso       
      que de los dos procedía,       
      palabras de gran regalo       
      el Padre al Hijo decía       
      de tan profundo deleite,            
      que nadie las entendía;       
      solo el Hijo lo gozaba,       
      que es a quien pertenecía.       
      Pero aquello que se entiende,       
      desta manera decía:            
      «-Nada me contenta, Hijo,       
      fuera de tu compañía;       
      y si algo me contenta,       
      en ti mismo lo quería.       
      El que a ti más se parece            
      a mí más satisfacía,       
      y el que nada te semeja       
      en mí nada hallaría.       
      En ti solo me he agradado,       
      ¡oh, vida de vida mía!            
      Eres lumbre de mi lumbre,       
      eres mi sabiduría,       
      figura de mi sustancia,       
      en quien bien me complacía.       
      Al que a ti te amare, Hijo,            
      a mí mismo le daría,       
      y el amor que yo te tengo       
      ese mismo en él pondría,       
      en razón de haber amado       
      a quien yo tanto quería».            
          
  
\subt{De la creación}       
       
\stropha
       
      «-Una esposa que te ame,       
      mi Hijo, darte quería,       
      que por tu valor merezca       
      tener nuestra compañía       
      y comer pan a una mesa,            
      del mismo que yo comía,       
      porque conozco los bienes       
      que en tal Hijo yo tenía,       
      y se congracie commigo       
      de tu gracia y lozanía».            
      «-Mucho lo agradezco, Padre       
      -el Hijo le respondía-;       
      a la esposa que me dieres       
      yo mi claridad daría       
      para que por ella vea            
      cuánto mi Padre valía       
      y cómo el ser que poseo       
      de su ser lo recibía.       
      Reclinarla he yo en mi brazo,       
      y en tu amor se abrasaría,            
      y con eterno deleite       
      tu bondad sublimaría».       
          
  
\subt{Prosigue}       
       
  
\stropha
       
      «-Hágase, pues -dijo el Padre-,       
      que tu amor lo merecía».       
      Y en este dicho que dijo,       
      el mundo criado había       
      palacio para la esposa            
      hecho en gran sabiduría;       
      el cual en dos aposentos,       
      alto y bajo, dividía.       
      El bajo de diferencias       
      infinitas componía;            
      mas el alto hermoseaba       
      de admirable pedrería,       
      porque conozca la esposa       
      el Esposo que tenía.       
      En el alto colocaba            
      la angélica jerarquía;       
      pero la natura humana       
      en el bajo la ponía       
      por ser en su ser compostura       
      algo de menor valía.            
      Y aunque el ser y los lugares       
      desta suerte los partía,       
      pero todos son un cuerpo       
      de la esposa que decía;       
      que el amor de un mismo Esposo            
      una esposa los hacía.       
      Los de arriba poseían       
      al Esposo en alegría;       
      los de abajo, en esperanza       
      de fe que les infundía,            
      diciéndoles que algún tiempo       
      él los engrandecería,       
      y que aquella su bajeza       
      él se la levantaría       
      de manera que ninguno            
      ya la vituperaría;       
      porque en todo semejante       
      él a ellos se haría       
      y se vendría con ellos,       
      y con ellos moraría;            
      y que Dios sería hombre,       
      y que el hombre Dios sería,       
      y que trataría con ellos,       
      comería y bebería;       
      y que con ellos continuo            
      él mismo se quedaría,       
      hasta que se consumase       
      este siglo que corría,       
      cuando se gozaran juntos       
      en eterna melodía;            
      porque él era la cabeza       
      de la esposa que tenía,       
      a la cual todos los miembros       
      de los justos juntaría,       
      que son cuerpo de la esposa,            
      a la cual él tomaría       
      en sus brazos tiernamente,       
      y allí su amor le daría;       
      y que, así juntos en uno,       
      el Padre la llevaría            
      donde del mismo deleite       
      que Dios goza gozaría;       
      que, como el Padre y el Hijo       
      y el que de ellos procedía,       
      el uno vive en el otro;            
      así la esposa sería,       
      que, dentro de Dios absorta,       
      vida de Dios viviría.       
          
  
\subt{Prosigue}       
       
  
\stropha
       
      Con esta buena esperanza       
      que de arriba les venía,       
      el tedio de sus trabajos       
      más leve se les hacía;       
      pero la esperanza larga            
      y el deseo que crecía       
      de gozarse con su Esposo       
      contino les afligía;       
      por lo cual con oraciones,       
      con suspiros y agonía,            
      con lágrimas y gemidos       
      le rogaban noche y día       
      que ya se determinase       
      a les dar su compañía.       
      Unos decían: «-¡Oh, si fuese            
      en mi tiempo la alegría!».       
      Otros: «-¡Acaba, Señor;       
      al que has de enviar envía!».       
      Otros: «-¡Oh, si ya rompieses       
      esos cielos, y vería            
      con mis ojos que bajases,       
      y mi llanto cesaría!       
      ¡Regad, nubes, de lo alto,       
      que la tierra lo pedía,       
      y ábrase ya la tierra,            
      que espinas nos producía,       
      y produzca aquella flor       
      con que ella florecía!».       
      Otros decían: «-¡Oh, dichoso       
      el que en tal tiempo sería,            
      que merezca ver a Dios       
      con los ojos que tenía,       
      y tratarle con sus manos,       
      y andar en su compañía,       
      y gozar de los misterios            
      que entonces ordenaría!».       
          
  
\subt{Prosigue}       
       
\stropha
  
       
      En aquestos y otros ruegos       
      gran tiempo pasado había;       
      pero en los postreros años       
      el fervor mucho crecía,       
      cuando el viejo Simeón            
      en deseo se encendía,       
      rogando a Dios que quisiese       
      dejalle ver este día.       
      Y así, el Espíritu Santo       
      al buen viejo respondía            
      que le daba su palabra       
      que la muerte no vería       
      hasta que la vida viese       
      que de arriba descendía,       
      y que él en sus mismas manos            
      al mismo Dios tomaría,       
      y le tendría en sus brazos       
      y consigo abrazaría.       
          
  
\subt{Prosigue la Encarnación}       
       
\stropha
  
       
      Ya que el tiempo era llegado       
      en que hacerse convenía       
      el rescate de la esposa,       
      que en duro yugo servía       
      debajo de aquella ley            
      que Moisés dado le había,       
      el Padre con amor tierno       
      desta manera decía:       
      «-Ya ves, Hijo, que a tu esposa       
      a tu imagen hecho había,            
      y en lo que a ti se parece       
      contigo bien convenía;       
      pero difiere en la carne       
      que en tu simple ser no había.       
      En los amores perfectos            
      esta ley se requería;       
      que se haga semejante       
      el amante a quien quería;       
      que la mayor semejanza       
      más deleite contenía;            
      el cual, sin duda, en tu esposa       
      grandemente crecería       
      si te viere semejante       
      en la carne que tenía».       
      «-Mi voluntad es la tuya            
      -el Hijo le respondía-,       
      y la gloria que yo tengo       
      es tu voluntad ser mía,       
      y a mí me conviene, Padre,       
      lo que tu Alteza decía,            
      porque por esta manera       
      tu bondad más se vería;       
      verase tu gran potencia,       
      justicia y sabiduría;       
      irelo a decir al mundo            
      y noticia les daría       
      de tu belleza y dulzura       
      y de tu soberanía.       
      Iré a buscar a mi esposa,       
      y sobre mí tomaría            
      sus fatigas y trabajos,       
      en que tanto padecía;       
      y porque ella vida tenga,       
      yo por ella moriría,       
      y sacándola del lago            
      a ti te la volvería».       
          
  
\subt{Prosigue}       
       
  
\stropha
       
      Entonces llamó un arcángel       
      que San Gabriel se decía,       
      y enviolo a una doncella       
      que se llamaba María,       
      de cuyo consentimiento            
      el misterio se hacía;       
      en el cual la Trinidad       
      de carne al Verbo vestía;       
      y aunque tres hacen la obra,       
      en el uno se hacía;            
      y quedó el Verbo encarnado       
      en el vientre de María.       
      Y el que tiene solo Padre,       
      ya también madre tenía,       
      aunque no como cualquiera            
      que de varón concebía,       
      que de las entrañas de ella       
      él su carne recibía,       
      por lo cual Hijo de Dios       
      y del hombre se decía.            
          
  
\subt{Del Nacimiento}       
       
  
\stropha
       
      Ya que era llegado el tiempo       
      en que de nacer había,       
      así como desposado       
      de su tálamo salía       
      abrazado con su esposa,            
      que en sus brazos la traía,       
      al cual la graciosa Madre       
      en un pesebre ponía       
      entre unos animales       
      que a la sazón allí había.            
      Los hombres decían cantares,       
      los ángeles melodía,       
      festejando el desposorio       
      que entre tales dos había.       
      Pero Dios en el pesebre            
      allí lloraba y gemía,       
      que eran joyas que la esposa       
      al desposorio traía.       
      Y la Madre estaba en pasmo       
      de que tal trueque veía;            
      el llanto del hombre en Dios       
      y en el hombre el alegría,       
      lo cual del uno y del otro       
      tan ajeno ser solía.       
          
\end{poesia}


\begin{poesia}


\titulus{Otro del mismo que va por\\ «Super flumina Babilonis»}
 


      Encima de las corrientes                         
      que en Babilonia hallaba,       
      allí me senté llorando,       
      allí la tierra regaba,       
      acordándome de ti,            
      ¡oh, Sión!, a quien amaba.       
      Era dulce tu memoria,       
      y con ella más lloraba.       
      Dejé los trajes de fiesta,       
      los de trabajo tomaba,            
      y colgué en los verdes sauces       
      la música que llevaba,       
      poniéndola en esperanza       
      de aquello que en ti esperaba.       
      Allí me hirió el amor            
      y el corazón me sacaba.       
      Díjele que me matase,       
      pues de tal suerte llagaba;       
      yo me metía en su fuego       
      sabiendo que me abrasaba,            
      disculpando al avecica       
      que en el fuego se acababa.       
      Estábame en mí muriendo       
      y en ti solo respiraba,       
      en mí por ti me moría            
      y por ti resucitaba,       
      que la memoria de ti       
      daba vida y la quitaba.       
      Gozábanse los extraños       
      entre quien cautivo estaba;            
      preguntábanme cantares       
      de lo que en Sión cantaba:       
      «-Canta de Sión un himno,       
      veamos cómo sonaba».       
      «-Decid: ¿cómo en tierra ajena,            
      donde por Sión lloraba,       
      cantaré yo la alegría       
      que en Sión se me quedaba?       
      Echaríala en olvido       
      si en la ajena me gozaba.            
      Con mi paladar se junte       
      la lengua con que hablaba,       
      si de ti yo me olvidare,       
      en la tierra do moraba.       
      ¡Sión, por los verdes ramos            
      que Babilonia me daba,       
      de mí se olvide mi diestra,       
      que es lo que en ti más amaba,       
      si de ti no me acordare,       
      en lo que más me gozaba,            
      y si yo tuviere fiesta       
      y sin ti la festejaba!       
      ¡Oh, hija de Babilonia,       
      mísera y desventurada!       
      Bienaventurado era            
      aquel en quien confiaba,       
      que te ha de dar el castigo       
      que de tu mano llevaba,       
      y juntará sus pequeños,       
      y a mí, porque en ti esperaba,            
      a la piedra, que era Cristo,       
      por el cual yo te dejaba».       
          
\end{poesia}      
  
\cleardoublepage \thispagestyle{empty}

\spatium* {12\leading}

\titulus{Debetur soli gloria vera Deo.}
   
\end{document}